miércoles, 31 de julio de 2019

Devuélveme mi vida Capítulo VIII: Reacciones confusas: El primer periodo

Antes que nada, quiero brindar disculpas a los seguidores del blog por estar ausente, sé que muchos de ustedes comprenderán mi situación, pues al estudiar y trabajar queda menos tiempo del que quisiéramos para dedicarle al mundo TG.

También quiero agradecer a mis compañeros blogueros en especial a Res TG Caps a Karina y a un seguidor del blog que llamare “A” por apoyarme y motivarme a seguir con esto.

También me gustaría invitarlos a dejarme sus aportes e ideas en mi correo  de contacto raul.lopez9401@gmail.com

Bueno sin más les dejo el siguiente capitulo de mi historia, espero los disfruten:


Devuélveme mi vida Capítulo VIII: Reacciones confusas: El primer periodo

Habían pasado tres meses desde aquel accidente en el cual mi prima de 14 años y yo Adrián un hombre de 25 años habíamos intercambiado nuestros cuerpos y vidas.

También habían pasado tres meses desde que, cegado por la venganza, acepte tener relaciones sexuales ocupando un cuerpo que no era el mío, peor aun el cuerpo de mi propia prima.

Aún recuerdo el susto de muerte que me lleve cuando aquel tipo eyaculo dentro de mí, y peor aún, pues no había podido conseguir ningún método anticonceptivo.

Ante el riesgo de quedar embarazado y por consiguiente atrapado en el cuerpo de mi prima, en el mejor de los casos otros nueve meses, no tuve otra opción que pedir ayuda a la verdadera Vicky.

Aún recuerdo, aquel día y aquella conversación:

-Llevo dos días buscándote, te llame por teléfono e incluso te busque en mi antigua casa ¿Dónde estabas y que hacías con mi cuerpo Vicky? - Decía con un sentimiento de frustración e impotencia, al ver a Vicky en mi antigua forma tan tranquila mientras que a mí en su cuerpo me devoraban los nervios.

-Pues digamos que arreglando un poco este cuerpo y vida de mierda que llevabas y haciéndola un poco más soportable… bueno ya estoy aquí ¿Qué se te ofrece nenita? - Me dijo Vicky haciendo que me sintiera aún más humillado

-Pues veras no es fácil para mi decirte esto, pero…- No sabía cómo empezar a contarle que había ocupado su cuerpo para tener sexo con el chico de la secundaria que siempre había sido su amor platónico.

- ¿Y bien, me vas a contar o no? - Preguntaba ella desde mi cuerpo, con una expresión de curiosidad en su cara

-Pues veras, ocurrió un accidente…-

- ¿Ya te llego tu primer periodo? -

- No, no es eso, es un poco más grave…-

-Habla ya Adrián maldita sea, me estas asustando- Me dijo de manera enérgica mientras yo inhalaba aire para contarle de la manera más rápida y breve posible

- ¡Bueno ya! tuve sexo estando en tu cuerpo, con el niño que te gusta Christian hace dos días en el baño de la escuela, y antes de que me grites tengo que decirte que eso no es lo peor, pues no usamos protección y tengo miedo de que quedes embarazada… de yo quedar embarazado- Conte de la manera más rápida que pude, mientras esperaba la peor reacción de Vicky, aunque en el fondo sentía que me quitaba un peso de encima con aquella confesión.

Pude ver como Vicky en mi cuerpo apretaba el puño, y fruncía el ceño. Aunque mi antiguo cuerpo de hombre no era el mas fuerte o robusto, sabia que con mi nueva condición como una niña débil de 14 años no podría hacer nada para defenderme si a Vicky le ganaba la testosterona y decidía agredirme.

Asustado solo pude ver como Vicky camino hacia su mesita de noche a lado de su cama y saco un calendario y unas pastillas.

-Tienes suerte de que sea muy regular- decía mientras señalaba el calendario- afortunadamente para ti “primita” los días antes de mi periodo son más infértiles, así que dudo que hallas quedado embarazado- Decía con una tranquilidad que incluso me asusto-

- ¿Y estas pastillas? – pregunte confundido

-No me sorprende que no las conozcas, después de todo cuando cambiamos de cuerpo tu olor a hombre virgen fue lo primero que note- dijo ella con una intención hiriente- Se llaman pastillas del día siguiente y te recomiendo que las lleves contigo siempre, si quieres evitarte otro susto de estos- decía con una expresión en mi antigua cara, que francamente considere burlona- bueno te dejo, tengo una cita para hacer tarea con una amiga- dijo ella, mientras me quedaba sorprendido pues yo no tenia ninguna amiga en la universidad

- ¿Cual amiga? - pregunte curioso

- ¿Dije amiga’? Quise decir amigo, tu amigo, este, ¿Cómo se llama ese raro que le gustan los videojuegos, a si Carlos, hare tarea con él- La noté nerviosa e incluso pude notar como se sonrojo un poco- Bueno te dejo ya que al parecer tienes muchas cosas que aprender aun sobre ser mujer, nos vemos- decía Vicky mientras cerraba la puerta tras de sí francamente dejándome con más preguntas que respuestas:

¿Por qué no se enojó de que allá tenido sexo en su cuerpo?

¿Al darme las pastillas me estaba autorizando el seguir teniendo relaciones sexuales en su cuerpo?

¿Por qué esta tan tranquila en mi cuerpo?

¿Acaso ella no extrañara su propio cuerpo?

¿Por qué se puso tan nerviosa cuando mención por error a esa amiga?

Me preguntaba mientras recostado en mi cama de princesas de Disney y usando mi cómoda pijama blanca con encaje negro veía el techo rosa de mi nueva habitación, de repente vi como Vicky abría la puerta de nuevo, tomaba de su librero lo que parecía un paquete y me lo lanzaba a la cama.

-Para que veas que no soy tan mala- decía mientras yo tomaba el paquete

-Kotex con alas…- Pude leer en el empaque- No pueden ser son toallas femeninas- decía mientras se formaba en mi cara una expresión de angustia, angustia que puedo asegurar Vicky desde mi cuerpo, de cierta manera enferma disfrutaba

- Así es como puedes ver en “tu” calendario menstrual mañana empieza “tu” periodo, así que te recomiendo que guardes bien tus toallas ya que suelo sangrar mucho… bueno no te cuento mas ya mañana lo vivirás jajaja, por fin mañana sabrás lo que es verdaderamente ser mujer, adiós “Vicky”- decía mientras cerraba la puerta de nuevo.

No supe como reaccionar por una parte me sentía aliviado pues no quería cargar a alguien nueve meses en mi vientre, aunque por otro lado ver a Vicky tan cómoda en mi cuerpo e incluso que usara su propio nombre para referirse a mí me parecía perturbador.

Con estos pensamientos caí en un profundo sueño mientras abrazaba el enorme oso de peluche que Vicky tiene a lado de su cama para sentirme un poco más reconfortado.

Esa noche tuve un sueño muy raro en el cual yo seguía en el cuerpo de Vicky, estaba en su salón de clases solo en ropa interior, de pronto escuchaba muchas risas eran todos sus compañeros de clases burlándose de mí; estaba Christian, Daniela, incluso estaban mi viejo amigo Carlos y Vicky en mi cuerpo, al verla corría tras de ella con la intención de recuperar mi cuerpo, pero ella se desvaneció en la multitud, mientras yo comenzaba a llorar.

De repente un profundo dolor agudo en el vientre me despertó, era un dolor insoportable como nunca había sentido uno antes, de pronto sentí mucha humedad en mi cama, al destaparme para ver que era, pude ver una mancha enorme de sangre:

“No puede ser ¿acaso me estoy desangrando? tanta sangra no puede ser normal “pensé aterrado mientras que de pronto mi Tía Paty, mi nueva mama entro por la puerta y vio la escena, yo sonrojado la voltee a ver sin saber que decir o como explicarlo-

-Bueno Victoria parece que ya estas otra vez en esos días, ¿no podías ser una niña pequeña para siempre o sí? - decía mientras algunas lágrimas brotaban de mis ojos- no te preocupes te entiendo yo también soy mujer, veras que pronto te acostumbraras, nadie dijo que se mujer sería fácil o sí? - decía tratando de consolarme, aunque francamente me hizo sentir peor.

¿Por qué tenía que pasar por esto? Esto no era lo que esperaba, yo solo deseaba poder librarme un rato de mis responsabilidades como un hombre adulto, no tener que desangrarme cada 28 días.

-Bueno ya es hora de que vayas a la escuela Victoria, hoy amablemente se ofreció tu primo Adrián a llevarte y esta abajo esperando…- decía mi mama mientras veía como Vicky detrás de ella observaba la escena con la misma expresión entre burlona y sarcástica.

- Que pena que hallas visto esto Adrián- decía mi tía algo sonrojada

-No te preocupes mamá…Digo Tía Paty, créeme que lo entiendo, después de todo es algo normal cuando se pasa de niña a mujer, ¿no es así primita? -

-Bueno me llevo estas sabanas y corro al trabajo que ya perdí mucho tiempo en esto, obedeces a tu primo, te quiero Victoria- decía mientras salía deprisa mi nueva madre de la habitación.

No se si fueron las burlas de mi prima desde mi viejo cuerpo, la falta de interés de mi nueva madre o los cambios de humor que causa la menstruación, pero lo único que podía pensar es en estar sola así que corrí al baño y empecé a llorar.

¿En qué problema estaba metido? Aunque no cause intencionalmente el intercambio de cuerpos con mi prima, de alguna manera siempre había deseado que pasara, mientras la cuidaba me la pasaba envidiado su vida libre de preocupaciones, siendo el centro de atención en cualquier lugar a donde iba, entonces ¿Por qué ahora que tenía su cuerpo no podía ser tan feliz como ella lo era en su cuerpo original, y peor aún ¿porque parece que a ella en mi cuerpo de hombre le va mucho mejor? Sera que el viejo adagio tenía razón y “Lo que importa es lo de adentro”. De pronto un golpeteo en la puerta me saco de mi ensimismamiento.

-No te quiero molestar “primita” pero se te hace tarde para ir a la escuela- decía mientras podía notar como se oía una pequeña carcajada detrás de la puerta.

-Ya voy- decía con la voz un poco quebrada, tratando de aparentar se lo mas fuerte posible.

Tome una ducha rápido y mientras lo hacia note como el agua que corría hacia el desagüe se teñía de un color rojo, aun con miedo y sin saber mucho de higiene femenina, lave de manera intensiva mi nueva vagina, deseando que esto solo fuera un mal sueño, para mi mala suerte era la vida real.

Sali del baño y no había señales de Vicky en mi cuerpo, solo estaba mi uniforme de la escuela y el paquete de toallas junto con una nota:

“Te espero en la sala, pues sé que una señorita necesita su privacidad.

P.D. no olvides ponerte tu toalla y llevar una en la mochila no queremos que te pase otro accidente y mucho menos en la escuela”

Con un sentimiento de humillación comencé a ponerme la ropa interior que Vicky me había dejado, un conjunto negro de brasierre y un calzón grande y holgado, lo cual me pareció lógico debido al estado en el que me encontraba. Después me puse las prendas que ya conocía falda, calcetas, blusa, suéter, zapatos negros, pase un peine por mi ahora largo cabello y aplique un poco de brillo labial de fresa mientras lance un suspiro y decía para mi mismo “Tengo que recuperar mi cuerpo”



Continuara…





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