martes, 19 de febrero de 2019

En los tacones de mi jefa; Capituló 1

Hola seguidores del blog:

A continuación les dejo la nueva historia que estoy desarrollando. Básicamente partí de una dinámica que realice en un grupo de Facebook, y como considero que es una historia que da para más contenido, decidí detallarla en varios capítulos.
Pero no se preocupen que a la par continuaré también con la historia de “Devuélveme mi vida”
 y desarrollaré también otra historia en los siguientes semanas, así que espérenla… Bueno sin más preámbulo aquí está el primer capítulo de;

“En los tacones de mi jefa”

Capítulo 1 : La venganza a veces no resulta cómo esperas.

A quien corresponda:

Escribo estas líneas para no olvidar quien fui alguna vez, por que, aunque actualmente habito el cuerpo de una madre soltera de 37 años, hasta hace año y medio solía ser un Joven de 24 años, lleno de vitalidad, metas y con un futuro brillante por delante, hasta que por azares del destino lo perdí todo…
Mi nombre solía ser Alan si la memoria no me falla y cursaba el sexto semestre de la carrera de administración de empresas.
Debido a esto, al ser el último semestre de la carrera en administración, como requisito para mi titulación debía presentar un servicio social en alguna empresa de mi elección por al menos 3 meses.
Ansioso e impulsado por el sueño de por fin graduarme como Licenciado en administración,  puse manos a la obra , buscando esa primera oportunidad laboral, en diferentes portales de bolsa de trabajo por internet. Después de un par de horas de búsqueda, ya un poco cansado, encontré un anuncio que ofrecía la oportunidad de ser becario en él área contable de una reconocida empresa de publicidad.
Al ser “pasantes” y no empleados como tal, prácticamente la paga era nula, básicamente lo que ofrecía la empresa, era una “pequeña” ayuda para los gastos de transporte y con suerte un pequeño desayuno. Ya algo fastidiado y teniendo solo en mente terminar mi carrera profesional, de manera casi impulsiva envíe mis documentos escaneados al correo de esa empresa, sin pensar que buscando un poco más podría encontrar un trabajo que ofreciera una “paga mejor” o que
quizás estuviera más cerca de casa, quizás si lo hubiera hecho ahora no estaría en esta penosa situación…
En fin, a los dos días, un viernes, la chica de Recursos humanos, se puso en contacto conmigo por teléfono, para decirme que el lunes podía empezar a trabajar. Emocionado pase el fin de semana mejorando mi aspecto personal, fui a cortar mi cabello y a comprar una camisa blanca , unos zapatos negros y una corbata nueva. Mi mamá solía decir que la primera impresión es la que cuenta y si quería ganarme un puesto permanente en esa empresa, cuando terminara mi servicio social, tendría que impresionarlos desde el primer día.
Llego el día lunes, mi despertador sonó a las 5 a.m, lave mis dientes y comenze mi rutina de ejercicio.
Vale decir que aunque siempre me considere un chico promedio, (tez blanca, complexión algo robusta, estatura 1,67), trataba de mantenerme en forma y cuidar mi imagen personal, así que al darme cuenta de que estaba ganando algunos kilos comencé a hacer dieta y ejercicio. Después de tomar una ducha comence a prepararme para mi primer día en la oficina, tome la camisa blanca perfectamente planchada, después el pantalón y los zapatos negros impecablemente boleados y después de una inspección por el espejo,  me dirigí hacia la oficina, la cual sería mi nuevo lugar de trabajo desde ese día y por los próximos tres meses (y si me desempeñaba de manera eficaz, quizás más tiempo).
La primera persona que conocí fue la chica de recursos humanos con la que había hablado antes por teléfono. Se llamaba  Karina, calculo que aproximadamente tendría unos 25 o 26 años una chica de piel apiñonada y una linda sonrisa, era algo alta, aproximadamente 1,70 ,así que se imaginarán lo pequeñito que me veía a su lado, sobre todo por los tacones azules que ella estaba usando, que sobra decir, hacían lucir espectacular sus bien formadas piernas que dejaban al descubierto su pegada falda azul a juego con su escotada camisa blanca y aunque lo noté, traté de disimular, pues no quería que me conocieran como “el pervertido de la oficina” siendo apenas el primer día, sobra decir que me dejó flechado desde el primer momento que la vi.
Poco a poco “Kari” me presento a mis nuevos compañeros y compañeras, éramos aproximadamente 10 personas en la oficina y todos estábamos, en una edad entre los 24 y 30 años por lo cual pensé me integraría muy bien con ellos.
Ese trabajo parecía un sueño, hasta que el sonido de unos tacones dando pasos firmes, instintivamente me hicieron voltear, pude ver como una mujer de aproximadamente 35 a 40 años se dirigía hacia nosotros. Calculo media 1.60 por lo ya con los tacones estaba más o menos de mi estatura, su complexion era algo llenita aunque con buenas curvas , sería lo que se conoce coloquialmente como una “gordibuena” iba vestida de manera elegante, falda negra, pantimedias negras, camisa blanca y tacones negros.
Volteo a verme con una mirada despectiva para luego dirigirse a Kari
–“Karina ponte a trabajar, que el mocoso nuevo te ayude me urge el reporte antes de las 12, apúrale”-
Termino de decir esto y azoto la puerta tras de sí entrando  a la oficina privada al fondo, que de hecho era la única pues todos los demás trabajábamos en cubículos pequeñitos
-“y esa señora tan enojona quien es”- pregunte en voz baja a kari
-Es nuestra jefa se llama Maribel y si es un poco enojona, aunque no la culpo- comenzó su relato en voz baja- Tiene 37 años, es divorciada, mamá soltera de una niña de 4 años.  Su esposo las abandonó, por ir a vivir una aventura con la anterior chica que trabajaba aquí de recursos humanos, una chica muy guapa y 10 años más joven que ella, creo que por eso la ve reflejada en mi y me odia tanto- Decía en tono burlón- Creo que en el fondo es buena persona después de todo, solo necesita…-
-Una buena noche de sexo- interrumpí
-Iba a decir un hombre bueno que la enamore , pero tu idea tampoco es mala- sonrío
-Disculpa por mi comentario, a veces digo lo que pienso en voz alta- me sonroje
-No te disculpes después de todo me gustan los chicos sinceros- volteó y ¿me guiño un ojo, o quizás solo fue mi imaginación?
-Bien vamos a apurarnos que esto es para antes de las 12- me decía Kari contagiándome un poco de su optimismo.
Y así fue durante el primer mes, todos los días iba y quedaba bajo las ordenes de Karina, ya que la “jefa” Maribel solo iba y se encerraba en su oficina, cosa que agradecíamos todos los empleados. Del otro lado de la moneda gracias a Karina el trabajo no lo parecía pues siempre, Kari lo hacía más ameno con su buen humor y amabilidad.
Gracias a todo este tiempo que pasábamos juntos Karina y yo, poco a poco nos fuimos conociendo más, sus gustos, sus artistas favoritos sus películas favoritas, era increíble lo mucho que coincidíamos y me fascinaba, lamentablemente había una persona a la cual esto no le gustaba para nada; Maribel.
Molesta y me atrevo a decir que celosa por la atención que veía que recibía Karina de mi, una mañana mientras ambos platicábamos y comíamos el desayuno que compre para ambos se acerco bastante molesta a reclamarnos
-¿Para eso te encargue al becario nuevo Karina? ¿Para que lo hagas un inútil y se la pase de ocioso como tú? Olvídalo desde hoy quedará a mi cargo, recoge tus cosas tu niño becario y mételas a mi oficina ahora me rindes cuentas a mi- dijo casi gritando
Tenía sentimientos encontrados pues a la vez, me hervía la sangre por ver cómo trataba a Karina, pero también me sentía asustado de ahora tener que pasar más tiempo con la Jefa de la oficina y su carácter insoportable. Aun así en mi vivía una pequeña esperanza de que en el fondo fuera buena persona como pensaba Karina y se apiadara de un pobre becario como yo. Lamentablemente no fue así pues desde el primer minuto me puso tareas imposibles como fotocopiar montones de documentos que no entendía, ir a comprarle un café para después casi aventármelo en la cara por que está frío o muy caliente, o incluso ponerme a buscar archivos en la bodega de hace 10 años. Durante un mes viví ese martirio pensando en renunciar, y aunque aún me faltaba otro mes para terminar el servicio, pensé que después de todo podría completarlo en otro lugar con una jefa menos amargada. Pero por su puesto no me iba a ir sin antes jugarle una última broma a Maribel por todo el calvario que me hizo pasar. Así que unos días antes de presentar mi renuncia formalmente, acudí al centro comercial a un par de tiendas de bromas, aunque salí algo decepcionado pues ambas tenían las clásicas y gastadas bromas de el cojín gaseoso o los dulces que saben mal, pero yo ¡Necesitaba algo más! ¡Ella se merecía algo más!.
Vagando por los rincones del centro comercial encontré un viejo local llamo mi atención ya que nunca lo había visto antes; “SRU Spells” anunciaba el viejo letrero afuera la tienda. Entre curioso y me atrevo a decir con algo de miedo, entre y  vi todo tipo de cosas increíbles, como patas de conejo, cabezas de monos disecadas y ojos en un frasco. Al final del mostrador un anciano de baja estatura y con semblante algo siniestro atendía, temeroso me acerque y más nervioso me puse cuando dijo:
-Se lo que buscas jovencito, y tengo justo lo que necesitas, solo piensa antes de hacer cualquier cosa, que el camino de la venganza, a veces te da sorpresas desagradables- me dijo de manera seria.
-Pues entonces usted ya debe de saber, que la persona de la que me quiero vengar es una persona nada empatica, y que merece un buen escarmiento, solo por un día quiero que pueda ver la broma desde el otro lado de la moneda- dije alzando un poco la voz
-Bien, si eso es lo que quieres- dijo de manera tranquila mientras sacaba del mostrador dos frascos pequeñitos, uno con una sustancia azul y otro con una sustancia roja.
-Para que la broma funcione debes poner en alguna  bebida de la “victima” la mitad del frasco azul y en una bebida tu debes beber la mitad del frasco Rojo, ¿Entendiste?- Pregunto el anciano
-Creo, aunque no sé cómo esto me ayudará a vengarme de mi jefa, ¿No es algún tipo de veneno verdad?- Pregunte asustado
-No no lo es- respondió el anciano – Recuerda poner solo la mitad del frasco en su bebida-
- Ella la azul y yo La Roja, solo la mitad del frasco, entendí- Dije algo decepcionado y salí de la tienda.
A la mañana siguiente y con dudas bebí la mitad del frasco Rojo en mi jugo de naranja que bebía todos los días durante el ejercicio y antes de salir al trabajo y guardé el frasco azul, en mi mochila para ponerlo en la bebida de la jefa más tarde.
-No me siento diferente realmente- Pensaba en el autobús camino a el trabajo- Ni siquiera sabía diferente mi bebida, espero que el frasco azul si haga que al menos la bebida de Maribel sepa a vomito o algo así- pensaba mientras agitaba el frasco azul y lo volvía a guardar en mi mochila.
Para mi mala o buena suerte cuando llegue ese día a la oficina Maribel ya me estaba esperando
-Córrele mocoso que mi café no se va a ir a comprar solo- decia mientras me aventaba un par de billetes- y que esta vez no sea agua de calcetín como siempre o te lo descontare de tu triste paga de becario- decia algo burlona.
“Espera un poco más ya llegará tu momento de reír” pensaba dentro de mi.
Fui al café de la esquina y compré su café como todos los días, solo que esta vez no le añadí azúcar a su café si no la mitad del frasco azul que me dio el anciano. Impaciente por dárselo corrí a la oficina y le entregue el café a Maribel mientras dentro de mi contenía la risa.
-mmm vaya este café esta…. Delicioso, por fin diste en el clavo, emm ¿como me dijiste que te llamas?-
-Alan- Respondí pensando lo increíble que era, que en dos meses no se allá aprendido mi nombre
-Bien Alan, últimamente has trabajado mucho, pienso que te mereces un descanso hoy puedes salir temprano, te veo mañana-
“Queeeeee! ¿Eso era todo? ¿un poco de amabilidad de su parte? Bueno al menos me dio el día libre ya es algo”
Para aprovechar que salí temprano ese día decidí ir a reclamarle al anciano de esa tienda por tan mala broma, pero para mi sorpresa la tienda había desaparecido
“Seguro quebró por vender productos de tan mala calidad” pensé enojado.
Regrese a la casa en la que vivo con mis padres y me encerré en mi cuarto algo cansado y confundido por tan agobiante situación, puse ambos frasco en un mueble
A lado de mi cama y casi sin notarlo caí en un profundo sueño.
En ese sueño, muy lúcido por cierto, podía ver momentos que había pasado en la oficina durante los últimos dos meses, también soñé obviamente con Karina pero en el sueño poco a poco se iba alejando de mi al igual que mi familia se iba desvaneciendo en la oscuridad, de repente pude sentir como si mi alma pudiera flotar pero a la vez era jalada por una fuerza como un torbellino y absorbida por la nada….
El despertador sonó, eran las 5 de la mañana y abrí los ojos, pude sentir como tenía sudor frío en la frente, pero eso no era lo más extraño, también sentía mi cuerpo muy pesado, y tenía dolores en partes del cuerpo en donde nunca antes había tenido dolores, como los pies y la espalda, algo definitivamente no estaba bien, me levante de la cama y extrañamente me sentía fuera de balance y un poco más pequeño, como si me hubiera encogído y engordado. Al tratar de encontrar el apagador de la luz del cuarto encontré con que no estaba donde solía estar, definitivamente algo no estaba bien. Cuando por fin logré encender la luz no pude dar crédito a lo que mis ojos veían, enfrente de mi estaba Maribel luciendo un camisón rojo! Volví a sudar frío cuando me di cuenta que era un espejo, ese era mi reflejo, por alguna razón estaba en su cuarto usando su camison y también su cuerpo ¡Yo era Maribel!
Continuará…

lunes, 18 de febrero de 2019

TinderSwap #1

Y ¿si en el futuro las aplicaciones nos consiguieran intercambios de cuerpos en  vez  de citas?

Dejen su comentarios para mas...

Experimento social de Maya

 Aunque se dice que uno mismo puede generar sus propias oportunidades de desarrollo personal (el famosisimo “hechale ganas”), se sabe que co...